Tienes tres cartas abiertas en abanico en la mano, y hay otras tres sobre la mesa.
Coge la primera carta de la mesa, y añádela a tu abanico mostrando que todas las cartas tienen la cara en blanco. Intercambia la carta que acabas de recoger con otra de la mesa y, de repente, ¡las cuatro cartas de tu mano son ahora cuatro ases!
Pero eso no es todo, porque intercambiando uno de los ases con la última carta que hay sobre la mesa, ¡increíblemente las cuatro cartas de tu mano se convierten ahora en cuatro reyes!
En una rápida sucesión de efectos, las cartas que tienes en tu poder se transforman casi visiblemente.