Tercera entrega del Platimagias. Cuatro rutinas más, perfectamente explicadas e ilustradas, de cartomagia y de numismagia.
En este volumen se incluyen tres buenas rutinas clásicas de cartomagia y una de numismagia que incluyen detalles e ideas personales que el autor ha ido añadiendo con el tiempo:
- Transposición Cartoclípica 2.0
El mago pide al espectador que diga su carta roja preferida, la busca en la baraja y es firmada por la cara por mago y espectador. A continuación el mago enseña su carta negra preferida y se firma igualmente por la cara por mago y espectador. A la carta roja se le pone un clip rojo y se coloca dorso arriba entre las manos del espectador. A la carta negra se le pone un clip negro y, haciendo un pase mágico con la carta negra cara arriba sobre las manos del espectador, se transforma visiblemente en la carta roja y firmada del espectador, conservando el clip negro a la vista en todo momento. El espectador mira su carta y, aunque conserva el clip rojo, ahora es la carta negra y firmada del mago. Cartas, firmas y clips pueden examinarse finalmente porque ningún trucaje hay en ellos. Una transposición asombrosa en condiciones estrictas de laboratorio.
- Ambiciosa Despigmentadora (versión de "Única" del ebook Secretos de Daniel Quiles)
NOTA: mismo efecto que “Única”, del libro “Secretos” de Daniel Quiles, pero con distinto set-up y manejo (publicado con permiso del autor original).
El mago enseña una baraja de póquer y da a elegir una carta al espectador, que la firma por su cara. La carta firmada se pierde por el centro de la baraja y a continuación el mago enseña una carta con la cara blanca y dorso normal que tenía aparte en un bolsillo. Explica que es una carta mágica especial y la inserta claramente por el centro de la baraja. Tras un pase mágico, dicha carta aparece en la primera posición de la baraja. Se repite el mismo efecto de carta ambiciosa con la carta mágica, se pinta una equis grande en el dorso de dicha carta y se deja dorso arriba en la mesa. Ahora se intentará el mismo efecto de ambiciosa, pero con la carta que inicialmente se escogió y firmó, y que está perdida por el centro de la baraja. Tras un pase mágico, el mago mira secretamente la carta superior y pide disculpas porque parece que todavía no subió. Tras unos momentos de duda y de mirar secretamente la baraja, el mago explica que ha ocurrido algo increíble y es que la carta mágica blanca tiene propiedades despigmentadoras cuando entra en contacto con la baraja. En efecto, se enseña la baraja cara arriba y ahora se puede comprobar que todas las cartas han quedado blancas por las caras, aunque conservan el dibujo del dorso, a semejanza de la carta mágica especial. Pero ahora el mago comenta que si todas las cartas de la baraja son semejantes a la carta mágica, entonces ésta habría dejado de ser diferente y especial, cosa que no debería ocurrir de ninguna manera. Sin embargo, cuando se voltea cara arriba la carta mágica de la mesa, resulta ser la carta elegida y firmada por el espectador, la única de la baraja que está impresa por la cara y con firmas por cara y dorso. El espectador se queda la carta mágica transformada de recuerdo.
Se pierden claramente los cuatro ases en posiciones separadas de la baraja y se mezclan las cartas, enseñando que no han quedado ases en la posición inferior ni superior. Mediante variadas y bellas florituras se hacen aparecer los tres primeros ases uno a uno. Se hace una última floritura y se enseña otra carta, pero resulta no ser el último as: parece que el mago falló. Se pasa la mano derecha con los dedos abiertos sobre la carta fallida cara arriba y ésta se transforma visiblemente en el último de los ases, pudiéndose examinar todo finalmente.
El mago enseña muy claramente una moneda de plata en su mano izquierda y una de cobre en su mano derecha, comentando el supuesto fuerte amor o compañerismo que las une, pese a lo cual tratará de mantenerlas separadas. Dos espectadores sujetan las manos separadas y cerradas en puño del mago (opcional). A pesar del férreo control y tras unos pases mágicos, se enseña la mano izquierda vacía y las monedas de plata y cobre en la derecha.